La sed de gracia. Cisne vulgar (Cygnus olor). Manzanares el Real 5-11-2016
Vuela mejor que anda y cuando nada, suspiramos, es
majestuoso. Sólo los reyes en tiempos antiguos podían degustar cisne relleno de
otros pequeños pájaros. Del carro de Afrodita, la diosa del amor, tiraban
cisnes alados. Hasta China llegaron una pareja de cisnes de porcelana enviados
desde Estados Unidos: el presidente de un Imperio saludaba a otro con un regalo
delicado fabricado en un material que ni es barro ni es cristal, es oro blanco.
En nuestras leyendas, los cisnes fueron antes hermosas muchachas. Cuál es el
destino de estas aves que cargan sobre sí tantos de nuestros anhelos: el amor
que no se acaba, la fidelidad eterna, nuestra sed de gracia.
Texto Colaboración. Maribel Orgaz
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